miércoles, 3 de diciembre de 2008



El siguiente texto informativo reflexione sobre las modalidades de comunicación entabladas a través de nuestra lengua castellana, y sus particularidades de acuerdo a cada región o país. Dichas diferencias en el código que utilizamos pueden influir en la comprensión adecuada de nuestros mensajes.


Modalidades del Castellano

Es verdad que tanto en España como en los países iberoamericanos hablamos un idioma común, el castellano, y cualquier chileno que viaje a alguno de estos lugares podrá comunicarse allí de manera más o menos eficiente. Pero nuestra lengua muestra diferencias importantes a la hora de las conversaciones cotidianas. Cuentan que una chilena, de viaje por Madrid, entró en una tienda de ropa y le preguntó a la vendedora “ ¿ Cuánto cuesta el gorrito de lana colorado que está en la vitrina?”. La mujer se quedó con la boca abierta y no entendió nada. Después de muchas aclaraciones , lo pudo traducir al habla normal de España. La chica lo debió haber dicho así: “ ¿ Qué precio tiene el bonete de punto rojo, para bebé, que está en el escaparate?”.
De alguna manera, la compradora había hablado en “chileno”, que es una modalidad posible del castellano, y que se diferencia de ciertas particularidades de otros países como Argentina, Cuba, Venezuela, o Puerto Rico. Aquí en Chile le decimos micro a lo que en Cuba se llama guagua, en Argentina colectivo y en Méjico pesero. Usamos guagua , en cambio, para lo que en la mayoría de los países hispanohablantes es un bebé. En España , un gordo es un tripón, en Argentina un pipón y en Chile un guatón. A propósito de esto, las guatitas chilenas, se denominan mandongo en España, y en Argentina chinchulines. En chile adaptamos el inglés gas fitter, y al señor que arregla cañerías lo llamamos gásfiter, lo que en España se denomina fontanero. Un volantín en España es un cometa, en Méjico un papalote y en Argentina, barrilete.
En este concierto de términos distintos, América ha aportado con algunos de origen mapuche o quechua, y que son difíciles de traducir, como pichiruche. Chile también tiene sus propios términos, como cogotero, siútico, remolienda, altiro y rajadiablos. Según los extranjeros que nos visitan, aquí decimos mujieres, en vez de mujeres, y les extraña que hablemos de niños chicos, lo cual es una redundancia. Una frase nuestra que también le puede sonar extraña a un visitante es, por ejemplo, “ apenas estábamos en el segundo plato…”¿ Quiso decir recién comíamos el segundo plato? Otro caso: En Chile no se empaca el equipaje, sino que se hacen las maletas. Y, si alguien está muy enojado, se dice que anda de maletas. ¿ Qué extranjero lo entendería?
Incluso dentro de un mismo país hay términos diferentes para referirse a los mismos objetos o acciones. Por ejemplo, algunos sureños emplean el término mercar para decir dormitar, y encacharse por enojarse. Y seguramente un habitante del centro de Chile no entenderá a un nortino cuando diga chalequina o calato, que significan, respectivamente, chaleco y desnudo. ( Texto basado en “Estilo Chileno”, de Benjamín Subercaseaux , contenido en su libro Noticias del Ser Chileno, Ril Editores, Santiago, 1998)


1. Busque cuatro expresiones propias de su zona que puedan provocar problemas para comunicarse dentro de Chile.

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2. Nombre cinco palabras típicas de otros países que sólo se ocupen allí.

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3. Ensaye su propia definición de chilenismo.

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4. ¿ Qué otros elementos pueden afectar la comunicación entre las personas? ( por ejemplo, las diferencias de edad)

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En el la imagen anterior podemos comprobar los componentes del acto comunicativo:

Emisor: Hombre
Receptor: Mujer
Mensaje: Canción de amor
Código: La lengua castellana.
Canal: El aire

No necesariamente un emisor es siempre una persona: puede ser una institución o un grupo de personas. A su vez, como en el caso de los miles de seres humanos que a través del mundo ven una transmisión televisiva. A su vez, aunque el código de la lengua ( idiomas) es el más usado, existen varios otros, como aquellos que se basan fundamentalmente en imágenes.
Para que exista una auténtica comunicación, deben cumplirse algunos requisitos básicos, como, por ejemplo, que el código sea conocido por el emisor y el receptor, que el canal funcione adecuadamente, que entre emisor y receptor exista intención de comunicarse.

Fuente: Instituto San FernandoDepartamento de Lenguaje y Comunicación

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